Basqueland
Brewing Project es una fábrica de cerveza artesanal creada por tres americanos
con sede en Hernani, provincia de Guipúzcoa, perteneciente a la comarca de San
Sebastián, en la comunidad autónoma del País Vasco.
Se fundo en
el año 2015.
El primero
en llegar fue Kevin Patricio (Maryland, Baltimore, 26 de agosto de 1975), que
aterrizó en San Sebastián por asuntos del corazón tras pasar unos cuantos años
trabajando como cocinero en Nueva York, decidió abrir un local de naturaleza
versátil a medio camino entre un restaurante y una coctelería-lounge,
inaugurando La Madame en el año 2011.
Ya en el
papel de restaurador, el perspicaz Patricio echó en falta una oferta cervecera
más extensa para saciar la sed de su público. Al contrario de lo que sucede en
su país, en Euskadi no existían muchas elecciones a las marcas industriales más
conocidas, se lanzó a la aventura de crear su propia marca. Fue el nacimiento
de Basqueland Brewing Project.
Así se sumó
al proyecto Benjamín Matz (17 de noviembre de 1979), maestro cervecero
originario de San Diego, California, cuna del boom del craft-beer en EE. UU. A
pesar de su juvenil estilo de surfeo, Matz cuenta con más de 16 años de
experiencia en el sector y ha trabajado en algunas de las cervecerías artesanas
de mayor prestigio en su país, como Port Brewing y Stone Brewing. Una de sus
últimas aspiraciones ha sido la puesta en marcha de Wendlandt Brewery, en
Ensenada, Baja California, que en 2015 fue elegida Mejor Cervecería Artesanal
de México.
Para
producir sus primeras cervezas, los socios de Basqueland Brewing Project
arrendaron unas modestas instalaciones en La Rioja. Los cinco palés (16.000
litros) que sacaron para testar el mercado se acabaron en pocos días, de modo
que Matz y Patricio decidieron ir más lejos, uniendo un tercer socio - Benjamín
Rozzi (Akron, Ohio, 15 de junio de 1980), también estadounidense, responsable
comercial de la empresa.
Las nuevas
instalaciones de Basqueland Brewing Project que en 2016 producirán unos 160.000
litros son la guinda que corona el éxito de una nueva marca que, en apenas
cuatro años, ha conseguido situar sus cervezas en todos los restaurantes tres
estrellas por Michelin en Euskadi y cuya fama comienza a superar las fronteras
del País Vasco: la compañía ya dispone de comercialización en Barcelona, acaba
de aterrizar en Madrid e incluso se ha abierto un hueco en los proveedores de
exportación, situando sus cervezas en países con larga tradición en la
elaboración de esta bebida, como son Reino Unido, Francia y Noruega.
Buena parte
de esta rápida proyección se debe también al papel que están teniendo las
cervezas de Basqueland Brewing Project en los grandes concursos
internacionales.
Basqueland
Alvin es el año en
que rende homenaje a 10 cervezas icónicas de Basqueland, su décimo aniversario
en 2025, sumérgete en los sabores de la vieja escuela: Imperial Pastry Stout,
un auténtico submarino de placer. En 1966 la Fuerza Aérea de los Estados Unidos dejo caer “por
accidente” una bomba de hidrógeno sobre las costas españolas. La bomba no
estalló (¡menos mal!), pero ¿Cómo podían recuperarla sin que estallase? Fueron
los mismos americanos quienes desarrollaron un submarino al que llamaron Alvin,
que se ocuparía de recuperar la bomba evitando una catástrofe.
Alvin se elabora con hasta ocho maltas
diferentes, donde las notas torrefactas son protagonistas. Enriquecida con
cacao en Whirlpool y acondicionada con granos de café y vainilla en BBT justo
antes de zarpar.
Basqueland
Alvin
Estilo: Imperial
Pastry Stout
Graduación: 12%
Amargor: IBU
N/A
Ingredientes:
Agua, Malta de cebada, avena, Café, Lúpulo, Levadura, cacao en polvo, vainilla,
CO2. Contiene gluten.
Fabricada
por: Basqueland Brewing Project
Temperatura
de consumo: +/- 10 ºC a 12ºC.
Adquirida:
Bar Venuska, Calle San Valerio, 12. Ponferrada.
Cerveza de
color negro con una buena cabeza de color canela oscura cremosa con una retención
que se desvanece lentamente.
Aroma a
malta tostada, café, caramelo, chocolate, vainilla y lúpulo.
Sabor a
maltas tostada, caramelo, grano de café con notas de vainilla y su toque de
alcohol, bastante sabrosa con un final intenso de grano de café, amargor y su
toque suave al final de cacao, chocolate y crema de vainilla. Cuerpo medio y carbonatación
media. Levemente cremosa en boca, baja con delicadeza y deja un final bastante pegajoso.
Deja un buen amargor. Es verdaderamente muy bueno, fácil de beber, muy
recomendable.
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